martes, 19 de abril de 2011

Nimiedades

"Te quiero infinito". -le dijo-.

A partir de ese momento todo se vuelve intermitente, fluorescente y líquido. Una pared de diminutas partículas impide el paso al más allá. Volvemos a empezar.

Hay un cactus que florece todos los días un poco más. Cuanto más bello se vuelve, más punzantes son sus espinas. Y si tal vez eso es cómo todo se explica.
Entonces alégrate de tus dolores, que son la fuente de todas mis alegrías.

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