cuando escribes porque no tienes nada que decir, llega la verdadera liberación. las palabras dejan de pesar y se escapan directamente de dentro a través de tus manos, de tus dedos. cuando escribes sólo por teclear, por puro movimiento y momento de escapismo, llega el momento de la verdad. sin querer decir nada, sólo digo que no tiene importancia.
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